martes, 26 de enero de 2016

Tú que no haces nada...

Uno de mis mejores amigos y yo tenemos un chiste local que muy poca gente entiende. Cuando platicamos sobre los últimos eventos, generalmente en una o dos ocasiones a la semana alguien cercano nos pidió algún favor enorme que nadie más haría porque no tiene tiempo. Y generalmente te lo piden con el típico tonito de "no me vayas a decir que no puedes porque yo sé que si puedes", es entonces cuando nos decimos "ya sabes, tú que no haces nada" y nos reímos porque siendo independientes desde siempre los dos entendemos lo que es que nadie entienda lo que haces y porque no estas metido en una oficina. Por supuesto asumen que si no estas en una oficina, seguro estas viendo la tele o leleando por ahí, esperando a que te llamen para pedirte favores impertinentes. Y la realidad es que al tener flexibilidad de horarios, buscas la manera de hacerte espacio para los tuyos y parece que ese tiempo lo tenías desocupado, cuando en realidad lo único que sucede es que lo que ibas a hacer a esa hora pasa al horario nocturno, a eso de la una o dos de la mañana. Es en serio, estoy convencida que como independiente tienes más cosas que hacer que cualquier empleado. Lo que todos consideran cotidiano, se vuelve esporádico para uno. Por ejemplo, pueden pasar meses sin que siquiera encienda la televisión. ¿Facebook? ¿Qué es eso? Publico o me meto a ver que hay cada mil años y generalmente a media noche desde mi cama antes de dormir.
Como escultora puedo entender que pareciera como que viva jugando porque en realidad mi trabajo es increíble, siempre estas haciendo cosas padres que podrían parecer juegos u ocio para el ojo no entrenado pero ahora que también soy emprendedora, me he topado con las nuevas modalidades de "tú que no haces nada". No sólo creen que no haces nada sino que creen que sin hacer nada te vas a volver millonario de la noche a la mañana. No entienden que toma tiempo, mucho trabajo y muchos sacrificios lograr algo. Uno de los sacrificios que tengo que hacer en estos momentos es soltar un poquito el negocio para hacerme de capital para lograr crecerlo y ¿cómo? pues me conseguí un empleo. No voy a mentir, en un principio me sentía aterrada, mi temor más grande era que si no estoy ahi para hacer todo, el negocio no va a sobrevivir esto. Pero ya me hice a la idea y planee como hacerlo. Lo lógico, voy a necesitar un suplente. Debe ser fácil ¿no? sobre todo porque no hago nada. Pues resulta que voy a necesitar al menos dos personas para suplir parte de mis quehaceres, y seguir atendiendo a mis clientes en mi horario de comida y noches, y por supuesto trabajar todos los fines de semana para completar. En lo que entro a trabajar estoy entrenando a mi primera víctima, acaba agotada y yo todavía me pongo a generar las nuevas herramientas y métodos para el laboratorio para que le sea más fácil, atiendo todos los asuntos pendientes, contesto dudas y correos de clientes y diseño y redacto la información que necesito que les llegue para seguir en contacto con ellos.